El corazón me impulsa a comportarme como un niño, buscando ese lugar frondoso, sombrío y acogedor donde dejarme morir en un sueño.
Les ofrezco en esta ocasión un poemita que me hizo vibrar y sacudió mi pequeña nimiedad dentro de la inmensidad del amor.
ARBOLÉ, ARBOLÉ...
Arbolé, arbolé
seco y verdé.
La niña del bello rostro
está cogiendo aceituna.
El viento, galán de torres,
la prende por la cintura.
Pasaron cuatro jinetes
sobre jacas andaluzas
con trajes de azul y verde,
con largas capas oscuras.
«Vente a Córdoba, muchacha».
La niña no los escucha.
Pasaron tres torerillos
delgaditos de cintura,
con trajes color naranja
y espadas de plata antigua.
«Vente a Sevilla, muchacha».
La niña no los escucha.
Cuando la tarde se puso
morada, con luz difusa,
pasó un joven que llevaba
rosas y mirtos de luna.
«Vente a Granada, muchacha».
Y la niña no lo escucha.
La niña del bello rostro
sigue cogiendo aceituna,
con el brazo gris del viento
ceñido por la cintura.
Arbolé arbolé
seco y verdé.
Federico García Lorca.
domingo, 8 de agosto de 2010
lunes, 5 de julio de 2010
MISCELÁNEA DIVERGENTE SOBRE EL AMOR QUE SIENTO
Hoy he vuelto a ver tu fotografía y he vuelto a sentir el dolor punzante de tu indiferencia novelada, de tu ausencia definitiva, del calor del silencio que me profesas indistinta, alejada.
Siempre te quise, siempre te soñé. Desde justo antes de coincidir en este mundo virtual, ya te había intuido, dibujado como un niño desesperado cuando sabe que se ha perdido.
¿Porqué no podemos ser felices? ¿Porqué no romper estos muros obscuros que nos separan? mi boca te busca y sólo encuentra tu gélida fotografía, inerme cual mineral...si pudiera decirte que en mí no cabe más deseo que el de tu cuerpo, si pudiera cortar las alas que me mantienen atado a una fulgurante y errónea libertad...si pudiera morir para no sentir que me devora la pasión contenida.
Te quiero, y no lo oculto; lo sé no debo. Pero no puedo evitarlo; ni tampoco quiero hacerlo.
Para ti.
Siempre te quise, siempre te soñé. Desde justo antes de coincidir en este mundo virtual, ya te había intuido, dibujado como un niño desesperado cuando sabe que se ha perdido.
¿Porqué no podemos ser felices? ¿Porqué no romper estos muros obscuros que nos separan? mi boca te busca y sólo encuentra tu gélida fotografía, inerme cual mineral...si pudiera decirte que en mí no cabe más deseo que el de tu cuerpo, si pudiera cortar las alas que me mantienen atado a una fulgurante y errónea libertad...si pudiera morir para no sentir que me devora la pasión contenida.
Te quiero, y no lo oculto; lo sé no debo. Pero no puedo evitarlo; ni tampoco quiero hacerlo.
Para ti.
sábado, 5 de junio de 2010
PAREIDOLIA INTERIOR Versus AUSENCIA DE TI
La esencia del amor me sostiene obtuso ante tu cuerpo. Acostumbrado al calor de la rutina, desnudo mi dejadez dentro de tus pupilas que intentan devorarme con fruición.
No sé porqué extraña razón la inercia me motiva y me mueve a comprender lo errado de mi soledad, lo ufano de tu risa después de mí. Sólo quiero y pretendo que me quieras, me aceptes sobre tus rodillas. Mésame los cabellos como tú hacías, en sueños, en el pasado que se derrumbó y dejó al descubierto el sabor de la amargura que mana de tus pechos.
Alimenta mi deseo hasta que arda dentro de él...sigo esperando; esperándote a ti. Que la muerte se apiade de mi alma, que el dolor es ínfimo al lado tuyo, que el silencio se apodere de mi corazón si tú no estás...
No sé porqué extraña razón la inercia me motiva y me mueve a comprender lo errado de mi soledad, lo ufano de tu risa después de mí. Sólo quiero y pretendo que me quieras, me aceptes sobre tus rodillas. Mésame los cabellos como tú hacías, en sueños, en el pasado que se derrumbó y dejó al descubierto el sabor de la amargura que mana de tus pechos.
Alimenta mi deseo hasta que arda dentro de él...sigo esperando; esperándote a ti. Que la muerte se apiade de mi alma, que el dolor es ínfimo al lado tuyo, que el silencio se apodere de mi corazón si tú no estás...
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