Buenos días:
Ocurre, a veces, que de forma accidental o no, escucho, alguna melodía y me logra transportar a momentos emocionales o diferentes paisajes físicos en los cuales, los recuerdos son muy vívidos, muy intensos.
Hoy, al comienzo de una jornada, la cual se presentaba tranquila, anodina, he escuchado una canción que me ha transportado a un momento de mi vida lejano ya, muy lejano en el tiempo...pero, esta capacidad de teletransporte derivada de unas cuantas notas musicales no se ha ceñido, únicamente, a desplazarme mentalmente, sino que a nivel emocional y psicológico "he estado allí", "he sentido el allí" y "he llorado allí".
Por ello, mientras vagabundeaba dentro de mí, sumergido en esas aguas claras, mientras buceaba en la insondabilidad de los recuerdos (mis) he rescatado unas cuantas cosas, no sin valor (pecios) que todavía pueden ser aprovechadas por ustedes y resultarles de cierta utilidad.
Lejos de las individualidades y de lo meramente subjetivo, aquello que, hoy, dentro de mi felicidad risueña, les ofrezco, es buena muestra de la capacidad del amor, como energía, para multiplicar y producir simbiosis de primer rango.
Probado queda, no soy el primero en saberlo, que el amor, al cual canto y del cual les traigo "buena nueva" desde el ayer de mi recóndita experiencia, proporciona el condimento necesario para sentirnos más completos...porque, cuando te amas, amas; porque, cuando te aman, amas.
Así pues las cosas, les ofrezco cual objeto sagrado y, en primer lugar, la melodía que allí escuché y viví, como siempre, hago la salvedad, que va dedicada a los más avezados que son capaces de leer y escuchar a la par:
Portishead_Roads_
Y, ahora, antes de darles las gracias por ser y estar, antes de que se apague la llama de la magia del recuerdo y vuelva a mi anodina vida, a la rutina adormecedora, les traigo como obsequio las palabras que "allí leí" de nuevo y sólo para ustedes porque son los que escuchan la voz del corazón. Sean felices, que el amor inunde su existencia.
BUSCA EL FUEGO, TRÁEME LA LLAMA
Encendí una gran hoguera,
un propósito con ella,
un fin arriostrado e ineluctable.
***
Rompí la oscuridad fecunda
y el calor acudió a la llama.
Quebró el silencio eterno.
Se inició la vida en un hogar.
***
Busqué significados,
incrustados en lo profundo
como campos yermos pero hermosos.
***
La danza del fuego alimentaba
el deseo de volver,
volver para siempre
a la eterna identidad.
Esa que no muta.
***
Lejos de todos los nombres.
***
Y el fuego se consumió en el aire.
Y la llama de la vida fue extinguida.
Y con ella, el anónimo hombre
que, perdió el camino para ser.
Y, desde entonces y ahora,
caminar por los barbechos.
***
Buscando el fuego, buscando la vida,
hasta dar contigo, mi presagio sagrado.
Mi sino.
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